Editorial: La fontanería política ha comenzado a maniobrar en Manacor, el subsuelo registra gran actividad. Solo se ven los icebergs, pero queda para la oscuridad tres cuartas partes del libreto que ha comenzado a escribirse. Nadie ignora que hay más sombras que luces y que lo que llega a la ciudadanía es una ínfima leyenda. Más bien se conoce algo por traiciones, enfrentamientos, indiscreciones y lo que es obligado narrar. Montó José Antonio Argiz el partido Plataforma por Manacor y lo lleva a escena con un tema recurrente como el ZPR, sabedor que MÉS-Esquerra de Manacor no dará ni un paso atrás. Pero si coge 1.000 firmas entre el respectivo le servirá como aval legitimario cuando presente en sociedad “PxM”.

En VOX por ejemplo hay un drama político de gran envergadura. Había una junta directiva de las elecciones de 2019 y fueron sustituidos con nocturnidad y alevosía, a traición y sin avisar. La nueva ejecutiva no consigue arrancar. Todo son frentes para restarle efectivos. Por un lado los que fueron de VOX en primera generación intentan poner palos en las ruedas de quienes los sustituyeron. Por otro lado el PP les roba personas que ya estaban convencidas para seguir a Jorge Campos y sobre la marcha han cambiado el paso. Su coordinador en Manacor Javier Fernández no hace caso al canto de las sirenas, pero debe notar que a su lado siguen los mismos sin aumentos notables hace mucho tiempo. Incluso las leyendas urbanas hablan de la rotura del matrimonio político entre el coordinador y el secretario.

En AIPC no quieren parecer de izquierdas, eso les cierra ciertos votos que tenían del centro derecha y que aportaban varios miembros ahora alejados de sus filas. Vista la candidatura que se está gestando la opción más visible y posible es pactar con MÉS-Esquerra, PSOE, Unidas/Podemos. Si AIPC hace una lista ideológica y política abandonando su impronta territorial y localista portocristeña dejará muchos votos en el camino, esa pregonada pluralidad y pacto a ambas bandas y brazos saltaría por los aires. Seguro que por su condición de bisagra llaman a la puerta los del PP y la izquierda con la misma intensidad, pero antes están las elecciones y si no hay dudas que se pactará con la izquierda, habrá cambios en el electorado. El socio de S'Illot lo tiene más claro, prima su localidad por encima de la ideología.

El Pi de Catalina Riera, Jaume Mut y Bel Febrer está pasando por un mal trago político, hay divisiones, dimisiones, desencuentros. El electorado castiga el enfrentamiento de manera predominante. En Manacor conviven dos almas, los progresistas y nacionalistas, y los regionalistas y autonomistas. Difícil papeleta para articular un frente común. Las sensibilidades se han ido alejando con el tiempo y la marcha de Jaume Font y la dimisión de la anterior junta directiva regional ha creado un nuevo poder establecido. Los de Unidas/Podemos son muy celosos con su intimidad política y no hay ninguna filtración con respecto a su futuro. Te remiten al verano de 2022, allí se librará la batalla central y sabremos el camino que toman y sus protagonistas.

El PSOE intenta ser cada vez más localista y vender su gestión en Manacor y su municipio y centrar en la figura de Núria Hinojosa sus éxitos. Lo de fuera puede beneficiarles y perjudicarles en el mismo porcentaje y no quieren correr riesgos. Por supuesto que son socialistas y no reniegan de sus ideología y sus líderes, pero quieren asumir su futuro en base a lo que ellos hacen y proyectan. A veces los vientos externos tiran abajo todo el trabajo de muchos días y semanas en un instante. Hinojosa prepara un equipo de muchos quilates, no serán menos que MÉS-Esquerra y el PP, que harán lo imposible por redoblar sus efectivos y fichajes. Comienza el baile, es el momento de correr a por la pareja.