Editorial: Camino por Cala Millor y me alegra muchísimo que la playa está hasta la bandera, hamacas, arena, agua. Es 12 de octubre y nos sorprende un día especial, un regalo. Sigo mi paseo hacía Cala Bona y allí también el ambiente es inmejorable. Además anuncia Salud que el COVID-19 nos ha dado un largo respiro. No quiero pensar donde meterá Pedro Sánchez los 80 millones de vacunas que ha comprado para 2022 y 2023 a razón de 14 euros dosis y eso que había igual de buenas por 2 €. Los especialistas aseguran que cuando están inmunizados no hay que excederse con la dosis. Que ya está bien. Excepto a los que las necesiten por razones imperiosas.

Leo en datos que me manda el Govern de Armengol que las reservas hídricas están al 47% y que la mayoría de pozos están en prealerta. Hace tiempo que en mi casa se limpian los vasos, vajilla y cubiertos con el popular lavaplatos. Siempre ducha, cisterna sin mucha agua y evitar despilfarros. El líquido elemento es vital para nuestras vidas y más nosotros que nos dedicamos al turismo. Agua para beber y para los árboles, además de la limpieza diaria. Un respeto al agua, no tenerla será un drama completo.

Hoy es un día grande en Sant Llorenç, en el Espacio 36 se celebra un Pleno Extraordinario para rendir homenaje a Rafael Nadal Parera, el Gran Rafa Nadal. Lo nombran Hijo Adoptivo y le dan las gracias por su solidaridad con la tragedia de aquella torrentada que segó la vida a 13 personas y dejó sin casa a cientos de residentes. El alcalde de Sant Llorenç, el legendario Mateu Puigròs, y todos los concejales y regidoras decidieron por unanimidad darle una satisfacción al manacorí. Rafel estará presente porque este reconocimiento merece su presencia en directo. Todo Sant Llorenç se quedará pequeño, decenas de periodistas ya han confirmado que cubrirán el importante pleno. El pueblo siempre sabio estará allí, porque lo merece la ocasión.

Me dijo la Policía Nacional de Manacor, “el detenido posee cerca de un centenar de antecedentes, la gran mayoría por robos con fuerza”. Me da escalofríos pensar que sigue por las calles y plazas del municipio de Manacor, tan tranquilo. La justicia no ve suficientes razones para meterlo a la sombra, hasta que reflexione un poco. Somos un país de contrastes. Si te defiendes te meten en la cárcel y te llaman intolerante, inhumano, pendenciero. Vivimos momentos de poner la otra mejilla. Lo políticamente correcto es callar para que no se moleste el respectivo. Nos han convertido en un basurero de valores infumables e injustos. Algún día perderemos la educación y la paciencia y pondremos encima de la mesa razones de mucho peso, ya está bien.

Ya decían hace muchos años Los Pecos, háblame de la libertad, el silencio llora amargamente. Romperemos el miedo. El amor es todo. Tu eres mi gente. Sin olvidar a sus majestades del Dúo Dinámico en su Resistiré. Me volveré de hierro. Y aunque los sueños se me rompan en pedazos. Cuando el mundo pierda toda magia. Cuando el Diablo pase la factura. Somos como el junto que se dobla pero sigue siempre en pie. Por supuesto que no nos asustan 100 delitos de mierda de un chorizo más o menos. Faltaría más. Somos más fuertes que la propia justicia, que duda y protege con la venda en los ojos. En varios lugares han montado sus propias patrullas ciudadanas, a falta de protección, soluciones de cara al interés general. No llores por mi Argentina decía Paloma San Basilio.

Debo reconocer que el actual Ayuntamiento de Manacor tiene una paciencia de santo con algunos vecinos y otras tantas residentes. Por muchas campañas de concienciación y educación, todas las reflexiones son ineficaces. Sin embargo los jóvenes políticos/as dan nuevas oportunidades. Ni con eso, siguen mordiendo la mano que les da la oportunidad. Fallos en limpieza, urbanismo, civismo, y lo que te rondaré. En las últimas fechas me estoy aficionando a la lectura abundante, paseos largos, paisajes inconfundibles y amables. Para lo que hay que ver en la manipulada TV, no merece la pena mi atención. Dice una señora, todo se hace por Internet, nos han dado una patada a quienes estamos obsoletos. Razón tienen, el papel no debe perderse y la atención al público tampoco. Rafael Gabaldón San Miguel.