Editorial: Ya no llueve como antes, ni mucho menos, aquellos largos días donde los recursos hídricos se empapaban hasta decir basta. Ahora solo llegan borrascas sin agua y mucho viento. No digamos de las estaciones, primavera, verano, otoño e invierno, casi han desaparecido. Salen las flores en pleno diciembre, las golondrinas y gorriones no se van de sus nidos durante más de 10 meses y se hace la poda cuando quieres, la sabia se ha vuelto loca y no se limita unos meses. Se queman las ramas en fechas establecidas, las cuales no corresponden a la situación del campo.

La época de matanzas ha cambiado sus protocolos y la fiesta a su alrededor ha desaparecido. Esta maldita pandemia ha hecho multimillonarios a quienes manejan el mundo y a los socios de los Chinos (los jefes), los demás siguen igual debajo de la bota de la dictadura. China ya es la primera potencia mundial y si contamos los fondos que esconde sus apellidos tiene ya el 24% del Producto Interior Bruto Mundial, muy alejados de EEUU que roza el 18%. Lo quieren cambiar todo, hasta la naturaleza, por eso lanzaron la Tercera Guerra Mundial travestida de un Virus, apellidado COVID-19.

Semejante asesinato en masa lo tendrán que valorar un día los tribunales supremos mundiales. El virus aseguran, terminará por matar a 1 millón de personas mayores (no son viejos), ese dinero se lo ahorran los gobiernos en pensiones que tenían que pagar. Cartas encina de la mesa, los estamentos mundiales de salud están a la órdenes de CHINA y solo hacen el ridículo un año después, mirando donde nació el genocidio. Somos muchos que nos hemos revelado, no os tenemos miedo, ni a los gobiernos flautistas y aprovechados, ni al IBEX, menos a los poderosos que ponen su dinero donde están las mejores cuentas de resultados y tampoco al Imperio con sotana púrpura con manchas de sangre del poder establecido. Quiere vivir libre, antes debajo de un puente, que con trabajo en lugares con cadenas y sin libertad por ningún sitio.

Contaba un trabajador del Delta del Ebro que el mar está ocupando año tras año sus cultivos y que se perderán 100.000 puestos de trabajo. Decía un vasco que lleva pescando hace 40 años, que cada vez tienen que irse más lejos para poder vivir y que el mar está esquilmado. Todo son factorías que nunca participarán del equilibrio de nuestros mares. Por todos los rincones hay ejemplos de lo que está ocurriendo. En que gastan el dinero los Gobiernos que deben cuidarse de garantizar nuestro futuro. Os lo diré, en el presente continuo. Primero yo, luego mi menda y después mi cuerpo serrano y el que venga después que lo zurzan. El día a día pero gastando todo el presupuesto con el peor de los sentidos. A la porra esta hornada de políticos, a sus casas.

Para mover un papel ante la administración tienes que tener a tu lado un asesor, administrador, abogado y economista. Que sociedad estamos creando. Que inhumano es todo. Llegó el Coronavirus y se han terminado las leyes que nos habíamos dado desde siempre. No nos gusta estar alejados, nos distancian dos metros. Queremos hablar alto y claro y si es preciso chillando, nos los prohíben.

Les pedimos a los gestores, a los políticos, esos que nos cuestan cada año 26.000 millones de euros y se dedican hablar de bobadas, que terminan en chistes. Que demencial, que vómitos, verlos por la tele todo el día con sus papanatadas. Mientras China nos toma la delantera y quiere convertirnos a todos en soldaditos de plomo sin corazón ni alma, sin sentimientos, ni idiosincrasia.

Es para estar furioso, rebelde, desobediente. Ya está bien. Que quiten a los charlatanes de la tele, quienes han sustituido a los payasos con peor humor. Los han engordado con 112 millones de euros para que no quiten la carpa y siga la función cada día la misma. Líneas editoriales vomitivas donde se salvan unos pocos. Son gladiadores las excepciones.

Ahí esta Rosa María Mateo con sus muletas, que necesita casi aire añadida para respirar, dejándose mover como una marioneta por los corruptos. Quién te ha visto y quien te ve, la dignidad todavía es una moneda de curso legal. Por lo menos para muchos. El día que se tomen las calles allí estaré, por supuesto y bien comido por si dura varios días las dimisiones de los desvergonzados.