Residentes en Manacor y de las comarcas del Llevant, Pla, Migjorn piden al Ayuntamiento que preside Miquel Oliver y al Cuerpo Nacional de Policía de Manacor que extremen las medidas sanitarias y hagan pruebas a quienes han venido en patera y se garantice su vigilancia, para que no ocurra lo que ha pasado en la península y se infecte a decenas de vecinos/as si quienes llegan están contagiados del COVID-19. En Canarias hay ejemplos, no son excepciones.

Están llegando pateras a discreción en el sur de Mallorca y quienes se encargan del control y custodia de ellos y ellas hasta que interviene la justicia y se hacen los protocolos de expulsión, es la Policía Nacional de la Comisaria de Manacor. Los agentes como van las cosas, están desbordados y han pedido ayuda a la Delegada del Gobierno. Sus calabozos tienen limitaciones, está preparados para detenciones provisionales del día a día y poco más.

Hay casi 60 detenidos entre Mallorca y Formentera, 40 de ellos en el sur de Mallorca los que han llegado a la Colonia de Sant Jordi, los de Cabrera y otros lugares del litoral. La falta de espacio ha obligado a intervenir al Ayuntamiento de Manacor en colaboración con el Gobierno de Sánchez.

La primera acción ha sido habilitar las casas rurales de Son Talent en Manacor con decenas de camas por si fuese necesario. Nos dicen que ya han comenzado los alojamientos en Manacor a dos kilómetros de la ciudad. El espacio permite entre 30 y 50 camas, según demanda. 

Hemos sabido que todos los controles sanitarios realizados a las personas que han llegado en patera han dado negativos, están libres del COVID-19. Las ONGs que se encargan de su repatriación cuidarán de ellos y ellas hasta que la justicia ordene su salida del país, si así lo decide la autoridad competente.