Editorial: Los gamberros del spray atacan de nuevo en Manacor y van más de 20 actuaciones impresentables en menos de 1 año. Les da igual todo, se dedican a pintar fachadas de comercios, de bonitas casas del centro restauradas, paredes del patrimonio público, vallados de chalets. No son grafiteros con gusto, ni hacen dibujos como aquellos que pintaron los vagones del tren de Palma a Manacor, ni mucho menos, son simplemente gamberros que ensucian con mala leche y provocan daños muy elevados y numerosas molestias. No son artistas, son un grupo de tarados que escriben frases sin fundamento, solo manchar.

Hace unos meses pintaron tres fachadas en el centro histórico de Manacor, una de ellas de gran dimensión en una casa señorial al lado donde estaba la oficina del desempleo (paro). También pintaron dos comercios y un establecimiento con más de 100 años de actividad. En el extrarradio pintaron la fachada de una tienda de muebles y una tienda de pinturas. Ahora le ha tocado al Molí d'en Fraret una edificación restaurada y muy difícil de limpiar. En la zona de la plaza Madrid también hicieron una pintada con spray fuerte que costó sangre, sudor y lágrimas hacerla desaparecer. 

Es urgente abrir una investigación al respecto, aprovechar las cámaras existentes cerca de donde se pinta, hacer pruebas caligráficas de quienes se sospecha, buscar soluciones para dar con este grupo de incívicos. Lo hacen por molestar, dañar, perjudicar, por gamberrismo.

No tiene sentido agredir el patrimonio de todos. Hay que poner cerco a tanta maldad. Hicieron una pintada en la fachada de una óptica y sus propietarios se vieron obligados de restaurar todo el frontal porque la pintura era como asfalto. La fachada de un Pub se vieron obligados a pintar de nuevo todo el establecimiento. No es de recibo.